jueves, 23 de abril de 2009

Cornell y PAtton en Segunda Noche de Pepsi Fest


La segunda jornada del festival se auguraba como potente y el público estaba expectante y ansioso por ver que sucederia.. Dos de los grandes nombres del rock de los ‘90 se presentaban en un show doble que, al menos, causaba curiosidad sobre qué tipo de espectáculo presentarían.

Minutos después de las 21 horas, sin grandes parafernalias pero con una ovación total del público que ya comenzaba a llenar el Arena Santiago, Mike Patton salió a escena junto al trío italiano Zu.

En casi una hora de concierto, Patton y Zu presentaron todos los temas de “Carboniferous”, el trabajo debut de la banda, el cual estuvo marcado por tres momentos especiales: cuando hizo el guiño a Jodorowsky con el audio de “Fado y Lis”; al interpretar “24.000 Baci”, con lo que desató la locura en cancha y cuando volvio en su único bis e interpretó a capella “Crying”, demostrando por qué se dice siempre que es una de las mejores voces del rock del último tiempo. (aqui casi todos la rayamos completamente)

Con gusto a poco y dejando a mas de alguno con ganas de que tocara algo de Faith No More, Patton se despidió prometiendo volver y dejando a todo el Arena Santiago con ganas de que así sea, que sea pronto y, si la suerte acompaña, sea dentro de una posible gira de los recién vueltos a reunir Faith no More.

Después del huracán que fue Patton, y tras una espera que se hizo larga, (aprox. 1 hora)salió a escena Chris Cornell. La expectación era qué tipo de show haría, pues a diferencia del 2007 ahora venía a presentar su abucheado último disco “Scream”.

Inició su presentación con dos temas de este trabajo, “Part of Me” y “Time”, canciones que fueron bien recibidas pese a ser un rock mucho más popero y digerible de todo lo que el público había escuchado en el número anterior.

Sin embargo, Cornell no se arriesgó mucho: el tercer tema fue de Audioslave y después de eso siguió con “Spoonman”, de Soundgarden y así siguió con una seguidila de sus temas más rockeros.

En un show muy parecido a lo que hizo en su primera visita a Chile, solamente matizado con algunas de sus nuevas canciones que marcaban momentos de pausas y eran escuchadas con paciencia, el cantante hizo lo que sabe hacer. Hacer gala de su calidad vocal, derrochar energía y declarar innecesariamente que el público nacional era el mejor del mundo para él.

Un músico de calidad, no cabe duda. Sin embargo, hubo una diferencia de actitud entre este show y su anterior visita. Quizás fueron las horas de vuelo -el músico llegó casi encima de la hora de tocar, debido al retraso de su avión- o la certeza de que tenía al público ganado. Después de todo, tocar casi tres horas, pese a que la audiencia se retiraba por lo extenso del show, deja en claro un poco la soberbia del artista.

O tal vez, es simplemente, que ahora Cornell juega siempre a la segura y tocar después de un Mike Patton que no transa en sus riesgos marca una brecha que se hace evidente.

Una noche de lujo y una vara bastante alta la de la segunda jornada, en un festival que nos ha dejado gratamente impresionados. No sólo por los artistas, sino por el hecho de que haya público para tanto rock en Santiago.

Fuente: SupernovaRock